Cinema
El cine me ha salvado la vida más de una vez. Hotel de mágicas leyendas, un intérprete para el espíritu, antídoto para la tristeza, la rutina angustiante, y el desamor. Bienaventurados sean los Lumière, un filme sabe tejer un lazo emotivo entre las personas y los países, hacernos caminar en el tiempo, nos lleva a conocer el mundo, y ofrece sofás para navegar por el espacio.
Conocí
personalidades extravagantes, héroes que dan su vida por los demás, antihéroes con
la valentía de crear su propio compás, y villanos incomprendidos. Me regaló
inspiración para sortear las dificultades, me enseñó que rendirse es sólo una
palabra, y que hay contiendas que se ganan en el fracaso.
Nos
ilumina sobre eventos que jamás hubiéramos imaginado, nos hace ciudadanos de
Terra, vidas e historias capturadas en celuloide, aprendizaje y maestría.
En
la edad de oro un perro andaluz brinda clases a burgueses discretamente
encantados. Un padrino con la cara cortada sigue el camino trazado por
Carlitos. El monolito oscuro se disfraza con una chaqueta de metal. Dos mujeres
con cabeza de borrador levitan sobre una carretera perdida. Siete samuráis
arriesgan su aliento por una aldea desprotegida, y siete vaqueros recuerdan el
valiente ejemplo. Gente que se pierde para encontrarse en Tokio. Yonquis
amantes del opio cierran un trato por miles de libras esterlinas. Faunos y
princesas juegan en un laberinto, el banquete son unas palmas con ojos de
izquierda. Dramaturgos que flotan en la habitación, y perros que se enamoran en
Cannes. Los hijos del hombre son una insólita esperanza en Roma. Pájaros
registran vértigo y atraviesan una morbosa vidriera. Deseos, alcobas y
recuerdos moran un planeta océano. Un caballero cruzado es invitado por la
muerte a una partida de ajedrez. Túnicas con capucha armonizan la luz de la
galaxia. Mia inhala heroína al instante de ganar el concurso de baile. Ladrones
de tumbas pactan con tiburones blancos en lunas internacionales. El octavo
pasajero pide una cuba libre a la azafata bolchevique. Replicantes beben ajenjo con acento anfibio mientras perciben las estrellas.
El
cine es poesía. Osadía. Energía. El cine me salvó la vida.
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