Turismo nocturno
1:57 a.m.
Desvelo. Bebo café frente al ordenador. A mi derecha una torre de libros, encuentro uno de Kerouac, y pienso, hace tiempo que no realizo un viaje por carretera, y recuerdo aquella legendaria ruta a Guanajuato. Fue en autobús, Modesto, Saúl, y Hugo me acompañaron. Subimos con una hielera enorme y conquistamos los asientos de atrás, junto al baño. Nadie llevaba una hielera, sólo nosotros, exagerados como de costumbre. Cartas marcadas, dirían mis amigos.
Viajar es una especie de meditación, de reinicio, me fascina, algo tiene el camino que se lleva los problemas, siempre que doy pasos por un lugar nuevo, un pedacito de tierra que no había pisado antes, siento, esto es genial, extraño descubrimiento, algo fresco, un trozo más de experiencia.
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